March 8-9, clergy and lay representatives of the American Catholic Church, Diocese of California gathered, in person in Long Beach and by Zoom from Mexico City, for the Church’s Synod (usually a quinqennial event, but postponed for some time in this case for reasons beyond anyone’s control). This was a time of prayer and of challenging conversation; a time to look back on the many changes and considerable numerical growth the last few years have brought in the life of our Church, and to look ahead, seeking to discern to what God might be calling us in the years to come. Presiding Bishop Martin challenged us all to a renewed commitment to our identity as, in the words of our Constitution and Canons, a Church which “declares itself to be an open and affirming inclusive Catholic faith community that particularly welcomes all those who have been injured or disenfranchised through religious bigotry or hatred, fear or ignorance. This Church welcomes individuals and couples who have been divorced and remarried, gays, lesbians, bisexuals, and those of the trans-gendered community, as well as those questioning their sexuality.”
Del 8 al 9 de marzo, representantes del clero y laicos de la Iglesia Católica Americana, Diócesis de California, se reunieron, en persona en Long Beach y por Zoom desde la Ciudad de México, para el Sínodo de la Iglesia (generalmente un evento quinquenal, pero pospuesto por algún tiempo en este caso por razones fuera del control de nadie). Este fue un tiempo de oración y de conversación desafiante; un tiempo para mirar hacia atrás, a los muchos cambios y el considerable crecimiento numérico que los últimos años han traído en la vida de nuestra Iglesia, y para mirar adelante, tratando de discernir a qué Dios podría estar llamándonos en los años venideros. El Obispo Presidente Martin nos desafió a todos a un compromiso renovado con nuestra identidad como, en palabras de nuestra Constitución y Cánones, una Iglesia que “se declara a sí misma como una comunidad de fe Católica inclusiva, abierta y afirmativa que da la bienvenida particularmente a todos aquellos que han sido heridos o privados de sus derechos debido a la intolerancia religiosa u odio, el miedo o la ignorancia. Esta Iglesia da la bienvenida a personas y parejas que se han divorciado y vuelto a casar, gays, lesbianas, bisexuales y aquellos de la comunidad transgénero, así como a aquellos que cuestionan su sexualidad”.